Pronunciamiento de la Red de Católicas por el Derecho a Decidir en respaldo a Católicas por el Derecho a Decidir – Brasil

La Red Latinoamericana y del Caribe de Católicas por el Derecho a Decidir, integrada por CDD en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y  República Dominicana, expresa su total respaldo a Católicas por el Derecho a Decidir – Brasil frente al reciente fallo judicial que violenta, no solamente los derechos que ha adquirido a partir de su creación como organización defensora de los derechos humanos de las mujeres, sino los derechos reconocidos que todas las mujeres tienen , para exigir que éstos se respeten y garanticen.

Católicas por el Derecho a Decidir – Brasil es una organización integrada por mujeres de fe y feministas, con reconocida trayectoria académica, profesional y activista que, desde hace más de 27 años, llevan adelante un compromiso para la construcción de una Iglesia incluyente, diversa, libre de prejuicios y de violencias, así como por el fortalecimiento de una ciudadanía plena y el respeto a los estándares más altos en materia de derechos humanos para dignificar la vida de las mujeres.

CDD-Brasil se define como católica haciendo uso de su derecho a la libertad religiosa y de conciencia, como integrante de un movimiento amplio de mujeres católicas que cuestiona desde la teología feminista al patriarcado, el clericalismo y sus diversas formas de abuso de poder.

Disentir no es estar fuera de la Iglesia; todo lo contrario, contribuye a la construcción de una Iglesia pluralista, incluyente y empática de las necesidades y decisiones de las mujeres. El papa Francisco lo ha señalado: “Sueño (con una región) sanamente laica, donde Dios y el César sean distintos, pero no contrapuestos. Una tierra abierta a la trascendencia, donde el que es creyente sea libre de profesar públicamente la fe”.[1] Nuestro trabajo con personas creyentes, e incluso encuestas de opinión, han mostrado reiteradamente que la feligresía católica no necesariamente comparte las opiniones de la jerarquía y las cúpulas católicas más conservadoras.

Consideramos que la decisión judicial no es fortuita, es el resultado de una estrategia regional que organizaciones fundamentalistas han iniciado para anular la personería jurídica y perseguir la voz pública de las Católicas por el Derecho a Decidir en la región. Esta estrategia regional busca ocultar que dentro de nuestra Iglesia existe una pluralidad de pensamientos y voces, especialmente en el campo de la sexualidad, la autonomía reproductiva y en los temas que nos importan a las mujeres, porque es en nuestros cuerpos, en éstos territorios tan íntimos y sagrados, donde se producen las más atroces vulneraciones a nuestros derechos.  Trabajar por los derechos de las mujeres es trabajar por la justicia social.

Llamamos la atención de las instancias internacionales de promoción y defensa de derechos humanos sobre el carácter político de esta resolución judicial y sus efectos negativos para el ejercicio de la democracia, de la laicidad y de derechos como el de la libertad de conciencia, de expresión, de religión, de pensamiento, de asociación, pero además para los derechos a la vida, a la salud y a la educación de las mujeres en Brasil y en toda América Latina. Es claro que el avance en materia de derechos de las mujeres e igualdad, despierta resistencias en el patriarcado que, una vez más, pone en evidencia la necesidad de sumar esfuerzos para salvaguardar las vidas y los derechos de las defensoras de derechos humanos.

Este tipo de acciones fundamentalistas no nos debilitan, por el contrario, nos unen en un abrazo latinoamericano y caribeño, para alzar la voz en conjunto; nos fortalece para que al unísono podamos exigir la vigencia y garantía efectiva de todos los derechos, pues estos no pueden ni deben retrocederse. De ahí que las mujeres en todas nuestras diversidades, sin abandonar nuestra fe, seguiremos muy alertas para defender con toda dignidad que “lo personal es político”; por ello, todas las Católicas por el Derecho a Decidir desde cualquier lugar donde nos encontremos, seguiremos imparables en esta apuesta justa y necesaria defendiendo el sagrado derecho a decidir de las mujeres.

 

¡Siempre #Juntascontralosfundamentalismos!

 

 

[1] Papa Francisco (22 de octubre de 2020). Carta del Papa a Parolin.